Simulacro de vida

Si te gustan los relatos de aventura, suspenso, acción o terror, entonces no lo pienses más elegí algunos de nuestros cuentos y hace correr tu tiempo.

18 marzo 2005

Extraña Presencia

Si el frío sudor que recorre mi espalda, es la exteriorización de mi sentimiento, entonces no describe en verdad mi sentir. Quisiera tener palabras para describir mi desesperación, que mantengo controlada hasta que pueda alejarme de este lugar.
Soy conciente de que me siguen lentamente, jamás debí haber atravesado esta calle, tan oscura, tan solitaria, adornada por viejos ladrillos y escaleras metálicas oxidadas que conducen no se a donde, ya que prefiero mantener la duda, a que aquel que me sigue sospeche que quiero averiguar su identidad. Y si me hecho a correr, pero quizás sea más rápido que yo y si corro, se daría cuenta de que percibo su presencia, entonces me atraparía y me quitaría mis pertenencias, que en verdad eso sería lo de menos ya que puedo recuperarlas, pero si intenta lastimarme, matarme o secuestrarme y encerrarme hasta que muera por la desesperación y el hambre. No me puedo permitir morir, que sería de aquellos que me quieren o conocen, es más me imagino mi funeral, mi esposa llorando desconsolada por mi muerte y la angustia de pensar en porque me eché a caminar por este maldito callejón de la muerte, sin pensar en que la dejaría sola si algo me ocurriera.
Pero puede ser que quien me sigue no esté armado, entonces yo podría defenderme con mis puños, algo recuerdo de mis peleas en el colegio secundario, es más debo enfrentarme porque sino esta angustia me torturará hasta que el maldito se digne a dejar de seguirme, me daré vuelta, lo miraré a los ojos firmemente sin pestañar, caminaré lentamente hacia esa pared a mi derecha y lo dejaré pasar, si no es un forajido seguirá, pero si lo es, al menos espero que no esté armado.Tomo aire, lleno mis pulmones giro sobre mi pié derecho, tensando los brazos para acumular fuerzas y darle mi mejor golpe en caso de que sea necesario ya que esta maldito podrá matarme, pero antes de irme le dejaré mi marca. Pero … ¿qué sucede? ¿no puede ser?; pero si yo estoy convencido … por Dios, entonces, bueno, tanto quise escapar de mi persecutor y mi persecutor resultó ser mi sombra.
Carlos Ariel García.